«Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.»
S.Juan 13:12-15
Jesús tomó la toalla y representó el servicio, de la misma forma como la cruz representa redención.
En la disciplina del servicio hay gran libertad. El servicio nos capacita para decir “no” a los juegos de promoción y autoridad del mundo. El servicio elimina la ley del más fuerte. En el gallinero no hay paz hasta que esté claro quién será el mayor y quién el menor, y a quien le corresponderá cada uno de los peldaños.
Un grupo de personas no puede reunirse durante mucho tiempo sin que se establezca la ley del más fuerte. Se nota hasta en el lugar donde se sienta la gente, cómo caminan las personas, en relación a otras. Quien cede siempre el turno cuando dos personas están hablando al mismo tiempo, quién está atrás, y quién está adelante cuando se necesita hacer un trabajo. Estas cosas están escritas en el rostro de la sociedad humana.
La autoridad a la que se refirió Jesús no era una autoridad para manipular y dominar. Era un autoridad de función, no de condición. La autoridad espiritual de la cual hablaba Jesús no era aquella autoridad que se halla en una posición o en un título, sino en una toalla. NO HAY AUTORIDAD SIN ESTAR BAJO AUTORIDAD.
Al verdadero siervo le parece casi imposible distinguir el servicio pequeño del grande. Hay una forma de servicio en que se quiere ser notorio. La actitud es tomada en función a las personas y no en relación con la adoración a Dios. Asimismo, un verdadero siervo no escoge a quién va a servir, sirve a todos por igual. No exige recompensas externas y su servicio no es temporal, sino es un estilo de vida. No se deja afectar por su estado de ánimo, sirve cualesquiera que sean las circunstancias.
Jesús nos enseño como debemos servir.
Sigamos su ejemplo.
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