«Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.»
2 Samuel 9:7
La historia de David y Jonatán es una de las que más impacta mi vida. La lealtad y el amor que estos dos muchachos tenían el uno por el otro es impresionante, un ejemplo a seguir; en este pasaje vemos algo que nos vuelve a sorprender, y de lo cual podemos aprender.
Jonatán no sólo le fue leal a David, sino que también fue un hombre que sirvió a su amigo durante toda su vida. Cada acto de Jonatán hacia David, desde que se desprende de su arco, su espada, sin talabarte y su manto, hasta el día en que muere peleando, fue una muestra de servicio a su mejor amigo, quien también se convertiría en su rey. Jonatán hizo todo desinteresadamente, sin ninguna intención de obtener algo a cambio porque amaba a David; sin embargo, Dios vio cada acto de fidelidad y de servicio, de tal forma que él nunca se imaginó la recompensa que Dios le daría, incluso muchos años después de su muerte.
¿Cómo recompensó Dios el amor y el servicio que mostró Jonatán hacia David? A través de él mismo, quien decide bendecir al ultimo pariente de su mejor amigo, su hijo Mefi-boset, un hombre lisiado que jamás pensó que una actitud de servicio de su padre le otorgaría el privilegio de comer a la mesa del rey todos los días y de recuperar sus tierras y posesiones.
El servicio que nosotros hacemos para Dios y para otros nunca es en vano. Tal vez en este momento no vemos ninguna recompensa por servir a Dios; sin embargo, este pasaje nos muestra como El ve cada detalle y no pasa por alto ninguna gota de sudor que derramamos ni el esfuerzo que hacemos por Su obra. Nuestro Padre siempre está viendo nuestro corazón de servicio y no sólo quiere bendecirnos y recompensarnos a nosotros, sino también a nuestros hijos y nietos y a todas nuestras generaciones, porque a Él le agrada que nosotros hagamos algo por otros y por Su reino.
Recuerda que cada acto de servicio que realices va a traer bendición a tus generaciones, así que hazlo con gusto. Bendice a otros, ama a los demás, y sirve a Dios con todo tu corazón. El te va a bendecir y esa bendición tendrá alcances que no imaginas.
-Tomado del devocional ”Cita con Dios”
(Recompensas por servir Mayo 2014)