lunes, 20 de junio de 2016

Oración enfocada

«Josafat, lleno de miedo, buscó la ayuda de Dios, y para mostrar su angustia le pidió a todo su pueblo que no comiera.»
2 Crónicas 20:3 

Un día el rey Josafat y el pueblo de Judá vieron que una gran multitud se había levantado contra ellos. Entre los agresores estaban los moabitas y los amonitas, quienes lanzaron un gran ataque contra Jerusalén. Josafat se sintió profundamente atemorizado, pero en lugar de acobardarse “humillo a su rostro para consultar a Jehová”. Proclamó un ayuno a lo largo y ancho de Judá y convocó al pueblo para que buscaran juntos al Señor.


Josafat no expresó duda alguna en cuanto al poder de Dios, sino que proclamó en publico su confianza en el Todopoderoso. Declaró que ponía toda su esperanza en el Señor, cuyo poder no tiene limite. Además Josafat declaró francamente que el, como rey de Judá se colocaba en una posición de humildad y debilidad total delante del Señor. No reclamó ninguna autoridad para sí mismo, sino que dijo a Dios:
Tu eres quien nos dio esta tierra.
Tu eres quien permitió que tu pueblo habitara en ella y construyera un santuario en ella.
Tu eres quien dijo que deberíamos clamar a ti en nuestra aflicción y que tu nos oirías y salvarías.
Tu eres quien nos dijo que no destruyéramos a estos enemigos cuando llegamos a ocupar esta tierra.
Tu eres el único capaz de juzgar a estos enemigos que se levantan contra tu pueblo, nosotros no tenemos ningún poder y ningún plan.


No vemos rastro alguno de egoísmo en Josafat. No le exigió a Dios hacer algo que El no deseara hacer. Josafat no se atribuyo la autoridad a sí mismo ni reclamó algún poder como rey, sino que reconoció sabiamente que todo el poder y toda la autoridad pertenecen solamente al Señor. Con base al entendimiento, presentó su petición a Dios del cielo y fue bendecido con la victoria.

lunes, 13 de junio de 2016

Sana distancia

«De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.»
Jueces 6:6 

Pasar por un desierto, en lo que se refiere a nuestra relación con Dios, es un problema que todos hemos tenido que enfrentar en algún punto del recorrido. Existen muchos factores que nos pueden hacer sentir distanciados de nuestro Padre celestial.

A veces nuestro acusador, el diablo, nos susurra al oído y nos dejamos engañar. También es posible que en esos tiempos de “distanciamiento” se conviertan en oportunidades para que Dios nos acerque más a Él. Tal vez sirvan para mostrarnos que necesitamos hacer alguna clase de limpieza interior. Aunque nuestras faltas no afectan el amor incondicional de Dios por nosotros, puede abrir una brecha espiritual entre nosotros y Él.

A los largo del libro de Jueces, vemos como la nación de Israel pecaba y decaía en su devoción al Señor. Muchas veces cuando nuestro corazón se enreda en desobediencia y las cosas de este mundo, Dios permite que experimentemos una sensación de distancia entre Él y nosotros. Esto es lo que Israel debió haber experimentado en aquellos días sombríos.
El pueblo tuvo que haber reconocido su pobreza espiritual. En lugar de eso, siguieron rindiendo culto a Baal sin respeto alguno a la santidad de Dios y su amor profundo por ellos. Esa es la razón por la que Él permitió que pasaran por un tiempo de prueba (Jueces 6:6). Es aquí donde vemos en acción un principio muy importante.

Cuando caemos en cuenta de nuestro error y clamamos al Señor, Él se acerca a nosotros. Sin embargo, nunca viene como si respondiera al llamado de un superior. Viene cuando nuestro corazón ha sido quebrantado y por fin reconocemos cuanto lo necesitamos.
Si estas experimentando una etapa de frialdad en tu relación con Dios, no dudes en acudir a Él en oración. Confiesa cualquier pecado conocido y pídele que restaure la dulzura de su comunión divina en tu corazón.

Tomado del Devocional Cita con Dios
Junio 2015

Nunca estarás solo

«Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.»
1 Samuel 12:22 

Una y otra vez en el Antiguo Testamento vemos que el Señor toma la iniciativa de alcanzar a su pueblo y revelarse a ellos, por su deseo intenso de estar a su lado mantenerse en comunicación con ellos. Dios desea tener compañerismo, armonía, y comunión con quienes corresponden a sus expresiones de amor.

Podemos contar con la compañía del Señor, así todo el mundo nos abandone. Esto lo vemos en la vida de Jesús. La misma noche que fue arrestado y sometido al juicio que condujo su crucifixión, Él dijo a sus discípulos: “He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que sereis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo”. ¿Alcanza a sentir su dolor en estas palabras? Jesús supo como se siente la soledad, pero añadió: “más no estoy solo, porque el Padre esta conmigo” (Juan 16:32). Jesús también conocía el consuelo que se puede recibir en medio del abandono total.

Cuando la soledad nos invade, lo primero que debemos hacer es dejar de fijarnos en lo que carecemos y apreciar lo que tenemos. ¿Y qué es lo que tenemos? A Dios mismo!.
Jamás podrás estar solo si has confiado en Jesucristo como tu Salvador. Él promete vivir en tu interior tan pronto como lo hayas recibido en tu vida, y está conectado a ti como la vid a sus ramas. Él permanece en ti y tu permaneces en Él. Eres uno con Cristo. Tienes con Él la relación mas profunda e intima que existe, porque es espiritual y eterna.
Ahora bien, la profundidad de la relación depende de ti en gran medida ¿Cuán profunda deseas tener tu relación con el Señor? ¿Cuánto le permites llenarte de su presencia? El siempre está allí deseando tenerte cada vez mas cerca.

Tomado del Devocional Cita con Dios
Junio 2015

Huye del mal

«entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti.»
Deuteronomio 19:19 

Aquellos que esperan que Dios les tolere un poco de pecaminosidad, por lo general piensan así por el pecado que hay en su vida. No hacen nada en cuanto a su maldad, aunque la reconozcan como agravio. Podrías decir: “Pero todos somos pecadores, nadie es perfecto”. Es cierto, pero reconocer nuestro pecado debe impulsarnos a hacer algo al respecto.

Cuando comprendemos que hemos transgredido la voluntad de Dios, necesitamos acudir al Padre y decirle: “Necesito tu perdón”. Cuando reconocemos que hemos cometido una falta contra nuestro prójimo o que hemos desobedecido a Dios, no debemos ignorar nuestra falta como si no tuviera importancia y decir: “Bueno, es por mi naturaleza pecaminosa”. Mas bien tenemos que acercarnos a Dios y decirle: “He pecado, ten misericordia de mi, transfórmame conforme a la imagen de Cristo, para que no desee hacerlo otra vez”.

Deuteronomio 19: 19-20 nos da instrucciones claras en cuanto a cómo enfrentar nuestro´pecado. Siglos después, Jesús le dijo a una mujer sorprendida en un pecado flagrante: “Vete, y no peques mas” (Jun 8:11).
Encarar la realidad de que somos criaturas pecaminosas, no es lo mismo que tolerar el pecado en nuestra vida. Las escrituras nos enseñan que Dios desea que aborrezcamos el pecado y sus consecuencias y que evitemos totalmente el mal. No debemos imitar el mal. No debemos coquetear con el mal. No debemos sentir curiosidad por el mal. En vez de ello, debemos darle la espalda y huir de el.

¿Por qué quiere Dios que huyamos del mal? Por que desea protegernos de las terribles consecuencias del pecado! El Señor sabe lo que segarás si siembras pecado: una cosecha de consecuencias terribles, de angustia, desgracias, aflicciones y adversidades. No lo hagas. Por el contrario, huye del mal, y experimenta las bendiciones de tu Padre celestial.

Tomado del Devocional Cita con Dios
Junio 2015


Contaminado pero intachable

«Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.»
S.Juan 3:5

Todo empezó de noche, cuando Nicodemo, un fariseo que además era “un principal entre los judíos” vino a la luz. Aunque Jesús había sido condenado por los colegas de Nicodemo, a él ya había dejado de importarle lo que ellos pensaran. Sabía que Jesús era el Mesías verdadero.
¿Cómo sabemos que llegó a tomar esa decisión? Después de que Jesús fue quitado de la cruz, José de Arimatea reclamo su cuerpo, lo preparo para la sepultura y luego lo puso en una tumba nueva. Nicodemo estuvo todo el tiempo junto a José.

También sabemos que trajo el compuesto de mirra y áloes, y asistió a la sepultura de Cristo (Juan 19:38-41). Se cree que las especies aromáticas usadas para preparar el cuerpo de Jesús para la sepultura eran de propiedad personal de Nicodemo. En lugar de guardarlas para su propio sepelio, las entregó a Jesús como una ofrenda de amor y devoción. Juan 19:39 nos dice que estas especias pesaban “como cien libras”, que habría sido la cantidad empleada para honrar a un gran rey. Nicodemo reconoció a Jesús como Hijo de Dios.

También sabemos que de acuerdo a la ley de Moisés ningún sacerdote podía “contaminarse” por un muerto (Levitico 21:1) y si llegaba a tocar un cadáver se hacia inmundo. Pero eso no le importó a Nicodemo, por que él se dio cuenta de que ya era completamente libre de mancha.
Hoy día, el ejemplo de Nicodemo nos sigue dando una lección. Aprendemos de él que Jesús siempre está disponible para nosotros, sea de día o de noche. Aprendemos que en el tiempo perfecto de Dios, Él contestará las preguntas que nos producen perplejidad. Aprendemos que sea cual sea nuestra posición en la vida, nada es importante para tener a Cristo en nosotros. Además, aprendemos que sin importar cuán grande sea nuestro sacrificio, nunca puede compararse al sacrificio de Cristo por nosotros.


Tomado del Devocional Cita con Dios.
Junio 2015

Confianza en tiempos de ansiedad

«Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.»
Salmos 46:10

La mayoría de nosotros nos sentimos angustiados en algún tiempo de nuestra vida. Cuando la tensión en la vida diaria se vuelve insoportable, sentimos ganas de escapar. Queremos salirnos del trabajo, de las relaciones, de la Iglesia, del vecindario o de cualquier otro lugar o situación difícil. Nos parece que no podemos manejar los problemas porque nos producen mucho estrés, así que optamos por darles la espalda y alejarnos.
¿Qué nos dice la Biblia acerca de cómo manejar la ansiedad? ¿Cómo debemos reaccionar cuando nuestra naturaleza humana nos impulsa a evadir y salir corriendo?.
Dios tiene una verdad poderosa para nosotros. Las situaciones angustiosas no se manejan luchando contra ellas. Mas bien, Dios nos llama a vivir descansando en Él. Para el Salmista, esto significo estar quieto y conocer a Dios. Para el apóstol Pedro significa: “echando toda vuestra ansiedad, sobre él porque el tiene cuidado de nosotros”(1 Pedro 5:7).
Jesús lo describió como una paz interior, cuando veníamos cargados y hallamos descanso al pasar el tiempo aprendiendo de Él(Mateo 11:28-30). Nuestro instinto humano nos pide a gritos que escapemos, pero Dios nos llama a acercarnos y absorber las verdades de la Escritura.
Por encima de todo, el Señor quiere que lo conozcamos. Al crecer en su soberanía y aceptar la bondad absoluta de sus planes y amor profundo, que excede todo conocimiento, nuestra confianza puede crecer. Asi nos resultara mas fácil estar “quietos” en lugar de reaccionar como algunos  que dicen: “me voy de aquí”.
Nuestro estrés no tiene por que convertirse en angustia. Cada vez que sintamos estrés, no tenemos que sentirnos derotados y ceder a la tentación de rendirnos y huir. Con un entendimiento correcto de nuestro Padre y una creencia firme en su cuidado, podremos atravesar las peores circunstancias sin perder la paz interior y la confianza genuina.

Tomado del Devocional Cita con Dios
Junio 2015


domingo, 5 de junio de 2016

Como capta Dios nuestra atención

«»Por eso, nunca olviden que nuestro Dios es el único dueño y señor del cielo y de la tierra.»
Deuteronomio 4:39 TLA

¿Qué usa Dios para captar nuestra atención? A veces utiliza un espíritu intranquilo o una vaga insatisfacción con la vida. Puedes usar las palabras de otra persona para ayudarnos a reconocer que Él nos está hablando o puede permitir que nuestras oraciones queden sin respuesta para obligarnos a enfocar nuestra mirada en Él. También puede actuar a través de las decepciones, las dificultades y los fracasos para captar nuestra atención. Cualquiera que sea el caso, debemos detenernos a preguntar: “¿Me estas enseñando algo Señor?”. Si somos sabios, le buscaremos de inmediato. En las tragedias, en los reeses económicos y en los sufrimientos físicos, Dios quiere ver si acudimos a Él a preguntarle: “Señor. ¿Qué quieres que aprenda de esto?”.

¿Qúe se necesita para que el Señor capte nuestra atención? ¿Causará un espíritu abatido que busquemos el consejo piadoso? ¿Escuchamos cuando Dios nos envía a alguien para que nos señale Su camino? Cuando llegan las bendiciones acudimos a Dios y le preguntamos cómo quiere que las usemos ¿buscamos al Señor cuando nuestras oraciones siguen sin respuesta?¿Cuanto tiempo hace falta para que superemos nuestras emociones debido a frustraciones, dificultades y fracasos y escuchemos lo que el Señor quiere decirnos? En tiempos de crisis económica, tragedia y enfermedad ¿enfocamos nuestra mirada y nuestra mente al cielo para buscar el amor y la sabiduría de Dios?.

Permite que los acontecimientos de tu vida- los agradables y los dolorosos- te impulsen a acudir a Dios preguntando: “Señor, ¿Qué me estas enseñando?” Presta atención a lo que Él quiere decirte. Empieza ahora mismo a aprender a cómo darle a Él toda tu atención. No importa lo que suceda en tu vida diaria, úsalo como recordatorio para acercarte más a Dios. Él está esperando que le restes atención. 

Tomado del Devocional Cita con Dios
Junio 2015

Dios puede usar a cualquier persona

«Jefté fue jefe de los israelitas durante seis años. Cuando murió, lo enterraron en Galaad, ciudad donde había nacido.»
Jueces 12:7 TLA

Antes de la presión amonita y del surgimiento de Jefté como líder, caudillo y juez en Israel, la nación fue goernada por Tola y Jair, entre los dos gobernantes por cuarenta y cinco años.

Jefté era un guerrero poderoso, hijo bastardo de Galaat por su unión con una concubina y nieto de Manasés. Sus medios hermanos lo echaron de la casa. Habitó en Tob, a unos 23 kilómetros de Ramot de Galaat donde llego a ser jefe de una pandilla de hombres ociosos, a quienes lideraba en acciones de saqueo. Así acumuló experiencia para el combate en la defensa de su pueblo.

Frente a la invasión amonita, los ancianos de Israel pensaron en Jefté para que los condujera en la defensa del pueblo y aunque les reclamó haber sido aborrecido, aceptó el desafío y se volvió su caudillo y juez. Su primera acción fue enviar negociadores al rey amonita para evitar la guerra, con argumentos históricos bien fundamentados, pero al no aceptarlo, vino la confrontación en donde el Espíritu de Dios le concede la victoria. Es allí donde apresuradamente hace una promesa a Dios “ Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto”. A su regreso, la que salió a recibirlo fue su hija única, provocándole un dolor que opacó su triunfo.

Dos enseñanzas nos dejó Jefté: en primer lugar, que a pesar de nuestro origen poco aceptable por la sociedad, Dios puede usarnos para manifestar Su poder y Su gloria, y en segundo lugar, que no debemos apresurarnos a ofrecer a Dios algo que no estamos dispuestos a cumplir.

Eclesiastés 5:4-6 dice: “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla, porque el no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia”..

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015

Tolá

«Después de Abimélec, un hombre llamado Tolá, de la tribu de Isacar, fue el jefe que salvó a Israel. Tolá era hijo de Puá y nieto de Dodó, y vivía en Samir, en las montañas de Efraín.»
Jueces 10:1 TLA

Después de ser Juez por tres años, Dios mandó un espíritu de discordia entre el pueblo y Abimelec para castigarlo a él y a los que mataron a sus hermanos. Apareció otro líder llamado Gaal, que ganó la confianza del pueblo de Siquem, quienes decidieron ir contra Abimelec, pero éste los derrotó y llevó a cabo una gran matanza. Los rebeldes se refugiaron en una fortaleza, y Abimelec pidió a la gente cortar ramas para quemar el lugar con la gente adentro. El pasaje narra que “murieron unos mil hombres y mujeres”.

En Tebes, al acercarse a la torre de la ciudad una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino de piedra y le rompió el cráneo a Abimelec. Por orgullo y para que nadie dijera que una  mujer lo mató, pidió a su escudero que lo matara.

El séptimo juez sobre Israel fue Tola. Dicen las Sagradas Escrituras que era hijo de Fúa, hijo de Dodo. Era de la tribu de Isacar y habitaba en Samir, en el monte de Efraín, la tribu más fuerte y altiva. Juzgó a Israel por veintitrés años. Murió y fue sepultado en Samir. Aunque se menciona que libró a Israel, no se registra de quién lo liberó.

Tola en hebreo significa: Carmesí. No se menciona ninguna obra notable que este juez haya llevado a cabo. No significa que no haya habido ningún evento extraordinario, solamente que no lo menciona el escritor sagrado. Su periodo de juez pasó “sin pena ni gloria”. De muchos de los candidatos para distintos cargos, que iremos conociendo durante las próximas jornadas electorales, no conocemos su trayectoria, ni los méritos que los han llevado a buscar una posición de privilegio. Algunos son cristianos, otros ostentaran serlo o por menos tienen influencia evangélica de sus padres o familiares.

Es tiempo de orar para que bajo la dirección del Espíritu Santo podamos hacer las elecciones correctas, que nos conceda autoridades que nos den libertad para predicar el evangelio.

Tomado del Devocional Cita con Dios
Junio 2015


Consulta a Dios para tomar desiciones

«Así Abimélec recibió su merecido por haber matado a sus hermanos, y también los de Siquem fueron castigados por haberlo ayudado.»
Jueces 9:24 TLA


La experiencia nos enseña que no siempre tendremos las autoridades que merecemos. Que podemos elegir mal, si no tomamos en cuenta a Dios en nuestras decisiones. Y que los seres humanos no podemos conocer las verdaderas intenciones que los candidatos a elección popular tienen en su mente y en su corazón.

Gedeón, padre de Abimelec, fue llamado por Dios para ser juez en Israel y liberarlos de la opresión madianita. El pueblo, después de haber visto como actuó Dios mediante la mano de Gedeón, le pidió que él y su generación fueran reyes en Israel, pero Gedeón no aceptó, prefiriendo quedar en el lugar en donde Dios lo había puesto y que la teocracia continuaría, que Dios siguiera siendo el rey que les guiara. Durante los 40 años en que fue juez, el pueblo se mantuvo fiel a Dios. Al morir dejó setenta hijos y a Abimelec, hijo de una concubina que tenia en Siquem.

La triste historia de Israel se repite: “Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit. Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos en derredor; ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel. “ (Jueces 8:33-35)

Aparece en escena Abimelec, en quien podemos ver los resultados de una vida que sembró egoísmo, odio, violencia y que no tomó en cuenta a Dios. Con el apoyo del pueblo de Siquem y un donativo de cincuenta ciclos de plata, que del templo de Baal-berit contrato a hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron y mataron a sus hermanos, solamente escapó con vida su hermano menor Jotam.

Jotam narró al pueblo una parábola de los arboles que al final nombraron a la zarza como su rey. Enfatiza el hecho de haber tomado una mala elección. 

Es tiempo de pedir a Dios que nos dirija para elegir correctamente a quienes nos gobernarán.

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015

Dios exalta el corazón humilde

«Así fue como Israel venció a los madianitas, los cuales nunca más recobraron su poder. Y mientras Gedeón vivió, hubo en esa región cuarenta años de paz.»
Jueces 8:28 


El llamado de Dios para levantar un juez en Israel en esta ocasión no fue buscando a un personaje de la nobleza, ni a un soldado entrenado para la guerra. El llamado fue a un campesino común y corriente, sencillo y hasta cierto punto temeroso, Gedeón, que estaba sacudiendo el trigo, para esconderlo por miedo a los madianitas. El Ángel de Jehová, o sea, Dios mismo, le llamó “varón esforzado y valiente”. Gedeón estaría entre aquellas personas que como cuenta Hebreos 11:34 “… sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros”.

Israel se encontraba agobiado bajo la opresión de los madianitas y esto sucedió por siete años. Constantemente eran atacados y los enemigos destruían todo a su paso, se apoderaban de sus cosechas y les robaban sus ganados. Nos comenta Jueces 6:6 “De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.” Así el Señor levantó a Gedeón, aunque aparentemente no era la persona indicada para liberar a Su pueblo; sin embargo, Dios lo llamó y confió en él.

Por supuesto que este hombre pidió a Dos señales y nuestro Creador respondió a todas sus dudas y le aseguró que con Su presencia derrotarían a los madianitas como un solo hombre. Así fue que con un ejercito de 135 mil soldados. Hubo paz en Israel por los siguientes 40 años.

Muchas enseñanzas podríamos tener de la vida de este quinto juez en Israel. En esta ocasión nos quedamos con que Dios puede usar en su obra aun a aquellos sencillos campesinos o de origen humilde, con un carácter temeroso, indeciso, aparentemente débil, para cumplir Su propósito en Su obra.
Demos gracias a Dios por nuestro origen familiar y dejemos que Él sea glorificado en todo lo que hacemos.

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015


Mujeres valientes

«En esa época una profetisa llamada Débora era jefe de los israelitas. Débora era esposa de Lapidot, y acostumbraba sentarse bajo una palmera, conocida como la Palmera de Débora, que estaba en las montañas de la tribu de Efraín, entre Ramá y Betel. Los israelitas iban a verla para que les solucionara sus problemas.»
Jueces 4:4-5 TLA


Tal parece que el tiempo que duró Samgar como juez fue tan breve, que el escritor relaciona la sucesión en el cargo con la muerte de Aod, el segundo en esta posición. Surge una mujer, Débora, que junto con el capitán del ejercito de Israel, Barac, le dieron a su pueblo 40 años de independencia y paz. Jaín, rey de Canaán, invade Israel y por 20 años lo oprime. La mano cruel y sanguinaria de Sísara, capitán del ejercito cananeo fue implacable hasta que.. “Los hijos de Israel clamaron a Jehová” (4:3) y Él levantó a la profetiza Débora para liberar a Su pueblo.

La historia de Jueces 4 es muy interesante desde el punto de vista de la cultura hebrea. Las heroínas fueron, en esta ocasión, Débora y Jael, la suegra de Moises. La profetiza Débora recibió la palabra de Dios para ir a pelear contra Jaín, rey de Canaán, con 10 mil hombres de las tribus de Neftalí y de Zabulón. Encomendó a Barac la tarea de capitanear al improvisado ejercito, pero él le condicionó, que si no iba ella, no iría. Ella de manera resuelta aceptó el desafío y declaro que Dios le daría la victoria sobre Sísara y su ejercito. Los 900 carro s del ejercito canaanita provocaban miedo a los Israelitas y representaban la superioridad militar del enemigo a la hora el combate. Una repentina crecida del torrente Cisón convirtió el valle en un lodazal en el que los carros herrados de los cananeos se atascaron. El resultado fue la derrota.

Sísara huyó a píe y se refugio en la tienda de Jael, quien le inspiró confianza, y se durmió para no despertar jamás, ya que ella le clavó una estaca de la tienda en la sien con un mazo.

Demos gracias al Señor en este día por aquellas mujeres que han tomado su lugar en la obra de Dios y le sirven con fidelidad y dedicación.

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015



miércoles, 1 de junio de 2016

Recuerda los triunfos pasados

«Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.»
Jueces 3:31 

Los filisteos oprimían al pueblo de Israel y Dios levantó a Samgar (guerrero, triunfador, diestro) para salvar a Su pueblo y por un breve tiempo traer paz a la nación.

La tragedia del pueblo de Dios comenzó, según Jueces 2:10-12 Josué y sus contemporáneos murieron: “ Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que Él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.” Como consecuencia de que los Israelitas se apartaran del Señor, Él permitió que sufrieran sus invasiones. En el tiempo de Samgar eran los filisteos quienes les oprimían.

Pareciera que el peligro para una segunda o tercera generación de cristianos fuera, hasta el día de hoy, no tener memoria de los actos maravillosos de Dios en favor de la generación anterior; olvidar lo que el Señor significó para nuestros padres y abuelos, no recordar las acciones maravillosas hechas en favor de nuestros antepasados recientes, no tomar en cuenta lo que significó Dios para ellos, no considerar la manera como intervino en cada momento de angustia y necesidad para traernos salvación. Y cuando esto sucede, nuestro Creador permite que se levante un Samgar, de poca historia escrita, pero mucha experiencia, para llevarnos a recordar con gratitud al Dios maravilloso que nos heredaron nuestros viejos.

Oremos cada día para que el Señor nos conceda Su gracia para apartarnos de Él y para que tampoco olvidemos todo lo que hizo con las generaciones anteriores a nosotros y lo que sigue haciendo en favor de nosotros. Que siempre tengamos una memoria saturada de gratitud.

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015


Cualidades de un buen líder

«Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.»
Nehemías 1:3 

En el versículo 4 vemos la reacción de Nehemías: Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo. Nehemías se siente triste con las noticias y avergonzado por el pueblo de Dios. En los versículos siguientes leeremos su oración. También veremos que no oró una hora solamente; ni siquiera un solo día. Las Escrituras dicen que oyó las noticias en el mes Quiseleu, y fue en el mes de Nisán cuando el rey lo dejó ir.  Había estado orando, llorando, ayunando y lamentándose durante cuatro meses. Es claro que se había tomado en serio aquellas noticias y que las guardaba en lo más profundo del corazón.

Nehemías era un hombre de oración. En su diario leemos once oraciones; más que en casi cualquier otro libro de la Biblia. ¿Por qué crees que Dios lo escogió para que fuera líder? ¿Había tenido algo que ver su vida de oración? Entre todas las personas posibles ¿Por qué escogió Dios a Nehemías, el copero de un rey pagano? Porque Nehemías era sensible ante las necesidades que veía a su alrededor, porque era digno de confianza y porque era un hombre dispuesto.

Cuando se necesitó un líder, Nehemías dijo: Yo me ofrezco!, Aquí estoy; envíame a mi!, No soy constructor, pero voy a reconstruir los muros!. El no tenia las habilidades necesarias para ese trabajo, pero si tenía un corazón bien dispuesto. Dios lo escogió por que era sensible y de confianza, y se había puesto a su disposición.

Dios esta buscando lideres que estén en posición de autoridad con capacidades como la credibilidad, la confiabilidad, y la disponibilidad. Todas esas cualidades son cuestión de decisión.

Oremos para que en tiempos de cambio dios provea a través de su pueblo, personas que estén dispuestas a vivir íntegramente delante de Él y a dejarse usar como instrumentos de bendición y de servicio para otros.

Tomado de Cita con Dios
Junio 2015

Dios levanta un libertador

«Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.»
Jueces 3:9 

Desde el punto de vista de un historiador hebreo, encontramos desde el capítulo 2, versículo 6,  hasta el capítulo 3 versículo 6, un resumen del libro de Jueces. Después de la muerte de Josué a la edad de 110 años, el pueblo de Israel fue desobediente, rebelde, murmurador y dejó a Jehová para irse tras los dioses de los pueblos que los rodeaban. No tenían un gobierno organizado; era una especie de confederación de doce tribus independientes. Solamente tenían en común al Dios que los había sacado de la esclavitud en Egipto. Su gobierno era teocrático, es decir, que era Dios quien gobernaba la nación. La figura del juez la levantó Dios en la historia de Israel como una evidencia del pecado del pueblo.

El juez no era un rey. Dios lo levantó, junto con una jueza, para atender una crisis particular, dotados de dones de liderazgo, caudillaje y de dedicación. La labor de ellos era local y temporal; después volvían a su lugar de origen y a sus ocupaciones. La aparición de cada juez sigue un proceso que podemos esquematizar con palabras como reposo, pecado, servidumbre, clamor, levantamiento y liberación. Este ciclo se repite cada vez por aproximadamente 200 años, entre la muerte de Josué y el reinado de Saúl. Así está descrito en Jueces 2:11-19.

Cuando Israel sufrió la invasión de Mesopotamia. Dios levantó a Otoniel, sobrino de Caleb, para vencer al rey Cusaán-risataim, de Siria, para dar a su pueblo 40 años de paz y tranquilidad, hasta que este primer juez murió. Otoniel fue juez, el pueblo se mantuvo fiel a Dios y pudo disfrutar de esos años de reposo y tranquilidad.

Agradezcamos a Dios que en medio de toda tribulación, problema o angustia, Él nos levanta para ayudarnos y sacarnos de esa situación. Nuestro Señor nos ayude a ser obedientes a nuestros lideres para obtener apoyo en el momento de la prueba, reconociendo la autoridad que Dios les ha dado.

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015