«Así Abimélec recibió su merecido por haber matado a sus hermanos, y también los de Siquem fueron castigados por haberlo ayudado.»
Jueces 9:24 TLA
La experiencia nos enseña que no siempre tendremos las autoridades que merecemos. Que podemos elegir mal, si no tomamos en cuenta a Dios en nuestras decisiones. Y que los seres humanos no podemos conocer las verdaderas intenciones que los candidatos a elección popular tienen en su mente y en su corazón.
Gedeón, padre de Abimelec, fue llamado por Dios para ser juez en Israel y liberarlos de la opresión madianita. El pueblo, después de haber visto como actuó Dios mediante la mano de Gedeón, le pidió que él y su generación fueran reyes en Israel, pero Gedeón no aceptó, prefiriendo quedar en el lugar en donde Dios lo había puesto y que la teocracia continuaría, que Dios siguiera siendo el rey que les guiara. Durante los 40 años en que fue juez, el pueblo se mantuvo fiel a Dios. Al morir dejó setenta hijos y a Abimelec, hijo de una concubina que tenia en Siquem.
La triste historia de Israel se repite: “Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit. Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos en derredor; ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel. “ (Jueces 8:33-35)
Aparece en escena Abimelec, en quien podemos ver los resultados de una vida que sembró egoísmo, odio, violencia y que no tomó en cuenta a Dios. Con el apoyo del pueblo de Siquem y un donativo de cincuenta ciclos de plata, que del templo de Baal-berit contrato a hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron y mataron a sus hermanos, solamente escapó con vida su hermano menor Jotam.
Jotam narró al pueblo una parábola de los arboles que al final nombraron a la zarza como su rey. Enfatiza el hecho de haber tomado una mala elección.
Es tiempo de pedir a Dios que nos dirija para elegir correctamente a quienes nos gobernarán.
Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015
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