domingo, 5 de junio de 2016

Mujeres valientes

«En esa época una profetisa llamada Débora era jefe de los israelitas. Débora era esposa de Lapidot, y acostumbraba sentarse bajo una palmera, conocida como la Palmera de Débora, que estaba en las montañas de la tribu de Efraín, entre Ramá y Betel. Los israelitas iban a verla para que les solucionara sus problemas.»
Jueces 4:4-5 TLA


Tal parece que el tiempo que duró Samgar como juez fue tan breve, que el escritor relaciona la sucesión en el cargo con la muerte de Aod, el segundo en esta posición. Surge una mujer, Débora, que junto con el capitán del ejercito de Israel, Barac, le dieron a su pueblo 40 años de independencia y paz. Jaín, rey de Canaán, invade Israel y por 20 años lo oprime. La mano cruel y sanguinaria de Sísara, capitán del ejercito cananeo fue implacable hasta que.. “Los hijos de Israel clamaron a Jehová” (4:3) y Él levantó a la profetiza Débora para liberar a Su pueblo.

La historia de Jueces 4 es muy interesante desde el punto de vista de la cultura hebrea. Las heroínas fueron, en esta ocasión, Débora y Jael, la suegra de Moises. La profetiza Débora recibió la palabra de Dios para ir a pelear contra Jaín, rey de Canaán, con 10 mil hombres de las tribus de Neftalí y de Zabulón. Encomendó a Barac la tarea de capitanear al improvisado ejercito, pero él le condicionó, que si no iba ella, no iría. Ella de manera resuelta aceptó el desafío y declaro que Dios le daría la victoria sobre Sísara y su ejercito. Los 900 carro s del ejercito canaanita provocaban miedo a los Israelitas y representaban la superioridad militar del enemigo a la hora el combate. Una repentina crecida del torrente Cisón convirtió el valle en un lodazal en el que los carros herrados de los cananeos se atascaron. El resultado fue la derrota.

Sísara huyó a píe y se refugio en la tienda de Jael, quien le inspiró confianza, y se durmió para no despertar jamás, ya que ella le clavó una estaca de la tienda en la sien con un mazo.

Demos gracias al Señor en este día por aquellas mujeres que han tomado su lugar en la obra de Dios y le sirven con fidelidad y dedicación.

Tomado del devocional Cita con Dios
Junio 2015



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