«Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.»
Isaías 66:2
En este versiculo destacamos primeramente la grandeza de Dios, que con una una palabra de su boca dijo y fue hecho. La palabra de Dios tiene un poder inimaginable, y es en su grandeza que Dios nos revela en su infinito amor, a quien El mira con agrado, es decir, al pobre y humilde de espiritu, y al que tiembla a su palabra. Puede usted imaginarse aquella escena en el monte Sinai cuando Dios daba sus mandamientos, era tal el terror de morir por hel echo de haber escuchado la plabra de Dios, note ademas el echo de que hasta el mismo monte temblaba ante la potencia de su palabra, el pueblo le suplicaban a Moises que fuera el quien subiera al monte, pues nadie se considero digno de subir, y no tuvieron mas que reconocer la autoridad de Moises.
Con tristeza podemos ver como mucho del cristianismo que se predica hoy en dia, carece de ese temor y han desechado por completo la palabra de Dios y la ha sustituido por visiones, revelaciones y metodos humanos.
Demos gracias a Dios por su palabra y no solo tengamosla en alta estima, sino seamos temerosos de ella. Temer a Dios es temer su palabra, no olvidemos que en ella veremos el reflejo de nuestra verdadera condicion.
No hay comentarios:
Publicar un comentario