«Temían a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos. Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados. Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;
Así temieron a Jehová aquellas gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos; y también sus hijos y sus nietos, según como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.»
2 Reyes 17:32-34, 41
Temian a Dios y daban honra a sus dioses, permitame detenerme un poco en este pasaje, y veamos cómo la palabra de Dios nos revela la falsedad que había en su pueblo, por un lado decían temer a Dios y por el otro lado daban honra a sus falsos dioses , es decir, que les mostraban respeto, reverencia, admiración y estima, sin temer el celo del Dios verdadero.
Este pueblo ignoro arbitrariamente la advertencia de un Dios fuerte y celoso, que visita la maldad de los padres, sus hijos y sus nietos (Exodo 20:5)e hicieron de su temor una mera profesion de labios vacia de sinceridad y de temor verdadero, arrastrando consigo a aquellos a quienes debian guiar en el temor de Jehova.
Las consecuencias de su falsedad los siguió por generaciones, convirtiendolos en el ejemplo de un pueblo que de labios le honran, pero sus corazones estaban alejados de Dios.
Las consecuencias no sólo afectan nuestra vida diaria sino a aquellos a quienes amamos, pidamos al Señor de su amor y misericordia, que nuestros corazones se vuelvan sinceros y apasionados a Él.
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